17/8/16

Detección de un defecto de aislamiento con termografía

Recientemente tuvimos ocasión de realizar una inspección termográfica a una nave industrial en la que se estaba realizando un test blower door.
Aun siendo una nave industrial, la cantidad de empleados que alberga es alta y las condiciones ambientales son tanto necesarias como beneficiosas desde el punto de vista productivo como del estado de los trabajadores.
En este caso es evidente que unas adecuadas condiciones de aislamiento de la envolvente es crucial para que el ambiente se mantenga lo mejor posible y con la mayor eficiencia, lógico en una empresa con una alta conciencia de la calidad, eficiencia y ahorro dado que habían invertido en un ensayo blower door.
Y como no hay inspección que no tenga siempre alguna curiosidad, conseguimos detectar una carencia de aislamiento que siendo la única y dadas las dimensiones de la instalación se consideró anecdótica, sobre todo teniendo en cuenta que puntos de grandes problemas de infiltraciones como pueden ser los muelles de carga, tenían un nivel de aislamiento francamente fabuloso.


En la imagen superior podemos ver el termograma correspondiente a un muro de fachada visto desde su interior en el que aparece una zona caliente encima de la ventana y que no tiene justificación conocida como pueda ser un emisor de calor en el exterior o una exposición distinta en esa zona en concreto.
En este caso, como se comentó al principio, dado que era una cuestión puntual e insignificante en relación a las dimensiones totales y la magnitud de otros riesgos de pérdidas, no se investigó más.
¿Cuál sería la forma de proceder si el defecto se considerara relevante por su magnitud o cualquier otra razón?
En primer lugar, para verificar que la presencia de un patrón térmico más caliente que su alrededor tiene la condición de anomalía, cabe destacar que en el termograma, en la parte que se aprecia de la ventana izquierda, no hay indicios de que se vaya a repetir el patrón encima de la ventana.
Esto también se verificaría con tomas más generales de la pared.
En este caso, se comprobó que efectivamente esto no era una tendencia regular sino efectivamente una anomalía que sólo pasaba en ese punto.
Evidentemente, la composición de esa zona de la fachada era distinta al resto como mínimo.
El siguiente paso sería buscar fuentes de calor, emisores, corrientes de aire, exposiciones parciales,etc. en definitiva cualquier cosa que pudiera hacer que esa zona se calentara tanto por dentro como por fuera.
Por último, los conocimientos constructivos y de los materiales empleados (o consultas a expertos en estas cuestiones) nos permitirían alcanzar a comprender la causa de la anomalía o verificar que se trata de una defecto de aislamiento durante la elaboración del elemento constructivo.

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