25/7/14

El desconocido certificado de profesionalidad.

Quizás hayas escuchado hablar de él o quizás no, la cuestión es que existe desde hace bastante tiempo y además nos parece una una gran idea ya que permite acreditar la experiencia y conocimientos profesionales así como ampliarlos e incluso reenganchar  la formación reglada pudiendo acceder a títulos de FP hasta incluso FP de grado superior.
Pero ¿Qué es un certificado de profesionalidad?
Lo mejor será que acudamos al SEPE para conocer la explicación oficial:

“Los certificados de profesionalidad, regulados por el Real Decreto 34/2008, de 18 de enero,  son el instrumento de acreditación oficial de las cualificaciones profesionales del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales en el ámbito de la administración laboral.

Estos certificados acreditan el conjunto de competencias profesionales que capacitan para el desarrollo de una actividad laboral identificable en el sistema productivo sin que ello constituya regulación del ejercicio profesional.

Tienen carácter oficial y validez en todo el territorio nacional y son expedidos por el SEPE y los órganos competentes de las Comunidades Autónomas.

Se obtienen a través de dos vías:

    Superando todos los módulos que integran el certificado de profesionalidad.
    Siguiendo los procedimientos establecidos para la evaluación y acreditación de las competencias profesionales adquiridas a través de la experiencia laboral o de vías no formales de formación”.

Vamos, que es un título que reconoce tu experiencia y/o formación en un oficio concreto de los recogidos en la familia de cualificaciones profesionales (pero no lo regula) y, en algunos casos, te habilita para la realización de esa actividad. P. Ej. En algunos países es obligatorio tenerlo para ejercer la actividad, como es el caso de los camioneros que van desde España a otros países. Se prevé que se empiece a exigir el certificado de profesionalidad de autobuses, transporte de mercancías, etc. (según corresponda).

Como ya se puede ir suponiendo, cada profesión y/o especialidad tiene o tendrá su certificado de profesionalidad.

En general se pueden conseguir cursando (y superando) ciertos cursos y/o acreditando las competencias conseguidas mediante la experiencia.
En muchos centros se realizan cursos subvencionados por la administración autonómica (e incluso los hay ya de pago en centros particulares) que de superarlos, otorgan directamente el certificado de profesionalidad que se solicita a la consejería correspondiente.

Otro punto de gran interés es que, una vez conseguidos estos certificados de profesionalidad, cursando las asignaturas que falten e incluso otros módulos de certificados de profesionalidad similares, se puede obtener la titulación oficial que corresponda FPII, FP grado Superior ¡E incluso la posibilidad de acceder a la universidad!
La idea nos parece estupenda ya que hoy día hay una cantidad enorme de universitarios y es más difícil encontrar mano de obra especializada y de calidad sucediendo que en algunos de los cursos de certificados de profesionalidad que hemos tenido posibilidad de ver, la calidad de ejecución y profesionalidad están aseguradas.
Para aquellos/as que quieran certificar su experiencia, cada cierto tiempo salen convocatorias para el reconocimiento y acreditación de cualificaciones profesionales que son realizadas por asesores y evaluadores formados para ello.
Estos son algunos enlaces que os pueden servir de ayuda:

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/web/iacp

http://www.sepe.es/contenidos/personas/formacion/certificados_de_profesionalidad/certificados_profesionalidad.html

http://www.certificadosprofesionalidad.com/

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/web/formacion-profesional-empleo/cursos/certificados-de-profesionalidad

Esperamos que os sea de utilidad.

Francisco Soto
INTERMAL
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10/7/14

La mediación como futuro de los conflictos y procesos judiciales

La mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o más personas, con la ayuda de una tercera persona imparcial, el mediador.
La mediación se viene utilizando como forma de resolver conflictos desde hace bastante tiempo, aunque centrado principalmente en el ámbito familiar.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la administración central está promoviendo y regulando esta figura para que se extienda a otros ámbitos como los conflictos civiles y mercantiles.
¿Y esto porqué?
Seguramente porque con una mediación los conflictos se resuelven de forma rápida y satisfactoria para todas las partes, lo que puede significar una reducción de la carga de trabajo de los juzgados.
Pero, realmente ¿De qué se trata esto de la mediación?
Es muy sencillo (más decirlo que hacerlo), el mediador reúne a las partes en un lugar neutral y facilita y guía los implicados para que hablen, se comuniquen en igualdad de condiciones y ellos mismos forjen una solución que satisfaga a todos. El mediador no participa en la idea o generación de la solución.
Esto es una gran ventaja frente a otros sistemas como el arbitraje, en el que el árbitro sí que decide la solución.
Gracias a este sistemas, la relación entre los implicados se mantiene y conserva, la solución se alcanza de forma civilizada, la experiencia y el resultado son motivadores y, sobre todo, todo el mundo está contento con la solución.
A nuestro entender, esto augura un futuro prometedor a la mediación, más aún cuando, debido al nivel que están ahora las tasas judiciales, la mediación resulta bastante económica y rápida.
Mientras un juicio tarda años en empezar y terminar, una mediación se resuelve en semanas y se paga por sesiones.
Además solucionar problemas haciendo que la gente hable es fantástico, porque cuando la gente conversa pasas cosas estupendas.

Francisco José Soto Lara
INTERMAL (Ingeniería e Inspecciones Termográficas Málaga)
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